Para cierto tipo de procedimientos quirúrgicos, las bajas temperaturas y los días nublados pueden ser un gran aliado. Porque con menos temperatura se produce menos inflamación. Los días nublados y con baja radiación ultravioleta ayudan a que la herida de la cirugía cicatrice mejor, disminuyendo el riesgo de manchas en caso de exposición al sol. En general, el invierno ayuda a una mejor evolución de las cicatrices, una recuperación más rápida y hasta mayor tolerancia a los vendajes compresivos (en el caso de las cirugías plásticas).
Conoce cuáles son los procedimientos que son recomendados hacer en invierno:
El sol escaso y la posibilidad de evitar fácilmente la exposición a la radiación ultravioleta cooperan con el postoperatorio de una rinoplastia. Se trata de una modificación estética de la nariz que permite afinar ángulos, resecar gibas nasales estrechar los orificios nasales, cambiar el ángulo entre la nariz y la boca y hasta arreglar la punta nasal, entre otras varias posibilidades.
Un procedimiento como este se realiza cuando el paciente completó el crecimiento de su cara y demora entre una y tres horas, dependiendo de la complejidad de las alteraciones que se quieren corregir.
Las várices son un trastorno circulatorio que se caracteriza por el mal funcionamiento del sistema venoso: las paredes de las venas pierden elasticidad haciendo que el retorno de la sangre hacia el corazón se dificulte y desviando el flujo de sangre hacia la venas de la piel, dilatándolas o inflamándolas.
Hoy la cirugía de várices es un procedimiento seguro y poco agresivo y que permite que el paciente se pueda ir de alta durante el mismo día de la intervención.
Uno de los procedimientos más frecuentes en Clínica Las Condes es VenaSea, dispositivo que permite la inyección de una especie de “pegamento” llamado cianocrilato, para sellar todos los sitios con reflujo de sangre o venas que no funcionan bien. Esta cirugía permite una evolución post operatoria bien tolerada, casi sin dolor ni inflamación, tampoco necesita reposo y los pacientes se reintegran a la vida normal dentro de 10 días.
También se realiza la cirugía mínimamente invasiva o estética que permite eliminar las varices mediante micro incisiones y extracción. La mayoría de las veces es complementaria a la terapia con láser cutáneo o escleroterapia (inyecciones con polidocanol o glicerina crómica).
En adultos y en niños, las amigdalitis a repetición suelen solucionarse con la amigdalectomía, cirugía por la que se extirpan las amígdalas.
La intervención se realiza a través de la boca con el paciente bajo anestesia general. Las amígdalas son traccionadas por una pinza y se cortan con un bisturí, tijeras o un pequeño lazo de acero. Técnicas más modernas permiten aspirarlas y cortarlas a la vez con radiofrecuencia, todo depende del diagnóstico, la razón por la que se extirpan y el estado de este tejido linfático.
Tras la cirugía se recomienda una dieta fría y líquida los primeros dos o tres días (jugos, helados, jaleas, papillas de fruta, yogurt). Posteriormente se pueden ir incorporando nuevos alimentos, blandos de preferencia para que al tragar no irrite ni dañe la zona intervenida.
La fimosis o estrechez prepucial, se opera generalmente después de los cuatro años de edad. La cirugía consiste en la resección parcial del prepucio, para permitir una retracción de él sin molestias, evitando de paso las infecciones locales que son frecuentes.
Una buena oportunidad para la realización de esta cirugía es durante las vacaciones de invierno de los escolares. Si bien la intervención es generalmente ambulatoria y no dura más de 40 minutos, el menor debe permanecer en reposo en cama dos días y luego dos días con reposo relativo en su casa. A las dos semanas de la cirugía, el niño ya puede realizar actividad física o deportes.
Se estima que entre el 2% y 3% de la población tiene algún grado de alteración de la sudoración como la hiperhidrosis, condición que genera un gran impacto en su calidad de vida y relaciones sociales.
La hiperhidrosis se produce por un trastorno primario de la regulación del sistema nervioso autónomo (simpático) que provoca que en casos de estrés o calor, el sudor se incremente de manera exagerada.
Para tratarla, se practica una cirugía conocida como simpatectomía o simpaticotomía por videotoracoscopía. Se trata de cortar o sección de las cadenas formadas por el nervio simpático torácico, entre los ganglios que éste forma sobre la tercera o cuarta costillas (en la segunda, en el caso del rubor facial), y de las posibles conexiones nerviosas entre dichos ganglios, a ambos lados del tórax.
Para esto se realizan dos pequeñas incisiones a la altura de la axila: una de 3 mm y otra de 3 ó 5 mm y a través de ella se introduce la cámara y los instrumentos quirúrgicos con los que se secciona la cadena simpática. En general, la cirugía dura menos de una hora, requiere anestesia general y un día de hospitalización.
Tras una cirugía bariátrica, en la que se pierde entre el 40 y el 60% del exceso de peso, es frecuente que luego sea necesario retirar el exceso de piel y la flaccidez a través de una cirugía plástica correctiva, un procedimiento que requerirá el uso de fajas compresivas durante al menos un mes. En invierno, vestir este tipo de artículos es un poco más llevadero que en el verano con 30 o más grados de calor. Además, la ropa gruesa y más ancha, permite esconder las fajas y pasar desapercibidas para los demás. Generalmente, este procedimiento se indica al año de la cirugía bariátrica cuando ya se ha perdido el máximo de kilos de más.
Las áreas que suelen corregirse son el abdomen, muslos, brazos, axila, glúteos y dorso.
Especialmente en los niños, las vacaciones de invierno, además de un descanso necesario de las actividades escolares, pueden ser el momento ideal para programar una cirugía pendiente como una cirugía de tórax, hernia inguinal o criptorquidias.
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