Esta época, con temperaturas templadas y menos horas de exposición a las radiaciones solares, es un muy buen momento para las cirugías que redundan en una mejor calidad de vida y más confianza en sí mismo y las cirugías que corrigen patologías y, de paso, ayudan a llegar al verano sin disimular o esconder alguna parte del cuerpo.
Puede ser por los efectos psicológicos, para sentirse bien con uno mismo o porque sus síntomas afectan el diario vivir. La razón para someterse a una cirugía plástica o a una cirugía reparadora es parte del diagnóstico y el historial médico de cada paciente, pero en ambos casos lo que se consigue es una mejor calidad de vida.
Y esta época, la primavera, tiene algunas particularidades que la hacen idónea para someterse a una cirugía de este tipo. Las temperaturas templadas y menos horas de exposición a las radiaciones solares propician una recuperación más amable, ya que da el tiempo necesario para que los resultados estén óptimos para el verano –cuando más se expone el cuerpo debido al uso de ropa ligera- y sin la exposición al sol que afecta, por ejemplo, la óptima cicatrización de las intervenciones.
A continuación, las cirugías más frecuentes para realizarse en esta época:
1.- Hiperhidrosis: la sudoración excesiva es el síntoma de que el sistema nervioso autónomo (simpático) -encargado de los procesos involuntarios del cuerpo-, se ha sobre estimulado. El proceso, que se produce de forma espontánea e intermitente, aumenta en situaciones de estrés y también de altas temperaturas, afectando principalmente las palmas de las manos, las axilas, las plantas de los pies y la cara. El tratamiento quirúrgico para abordarla consigue resultados definitivos: requiere menos de 24 horas de hospitalización y consiste en cortar los nervios simpáticos que controlan la sudoración mediante pequeñas incisiones.
2.- Juanetes: deformación ósea del dedo gordo del pié cuya aparición, gran parte de las veces, es de origen genético. Se caracteriza por una protuberancia que se forma cuando el dedo gordo del pié de angula y desvía hacia el lado, lo que provoca que la cabeza del hueso sobresalga y roce el zapato, con la consecuente inflamación del tejido, dolor y molestia. Cuando afecta la calidad de vida de quien tiene juanetes, la única solución es el tratamiento quirúrgico que corrige la angulación del hueso y cuyo período de hospitalización es de 24 a 48 horas.
3.- Várices: trastorno circulatorio que se caracteriza por el mal funcionamiento del sistema venoso en las piernas, que provoca que el retorno de la sangre hacia el corazón se dificulte desviando el flujo de sangre hacia las venas de la piel, dilatándolas o inflamándolas. Su aparición afecta la calidad de vida y la estética. El tratamiento quirúrgico, que es mínimamente invasivo, permite eliminar las várices mediante micro incisiones y extracción. La mayoría de las veces es complementaria a la terapia con láser cutáneo o escleroterapia (inyecciones con polidocanol o glicerina crómica).
4.- Cirugía Plástica:
• Rinoplastia: esta cirugía puede disminuir o aumentar el tamaño de la nariz, cambiar la forma de la punta o del dorso, estrechar los orificios nasales o cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior.
• Liposucción: es una intervención quirúrgica que consiste en la aspiración de la grasa acumulada y localizada mediante unas finas cánulas.
• Abdominoplastía: consiste en tensar los músculos abdominales y eliminar los excesos de piel y grasa para conseguir un abdomen más plano, firme y una cintura más pequeña.
• Aumento y disminución mamaria: la primera consiste en la colocación de prótesis o implantes bajo la glándula mamaria o bajo el músculo pectoral con el propósito de aumentar el volumen mamario; la segunda se realiza mediante la extirpación de grasa, tejido mamario y piel, haciendo las más mamas más pequeñas, ligeras y firmes.
